Walter Russell

Una fuente diferente
Extractos del 8. Discurso del mensaje de la DIVINA ILIADA de Walter Russell
Cito del mensaje de la ILIADA DIVINA:
Ya no mires solo con los ojos externos, porque tienes ojos que saben que levantan las ilusiones de tus percepciones sensoriales.
A través de largas eras, el hombre ha caminado sobre la tierra con los ojos de una visión externa y ha creído lo que su percepción corporal le ha transmitido sobre la tierra. En las nuevas épocas tiene que ver con los ojos de la mirada interior y reconocerme en ella, para que vea la tierra en la luz Mia y la suya.
Porque soy un Dios paciente. Estoy esperando pacientemente al hombre que despierta.
El hombre que despierta conoce Mi luz en sí. El hombre es libre de elegir sus épocas, pero debe reconocerme a Mi. Hasta ese día la agonía de la ignorancia recae solo en el hombre. Su saber debe ser su propio deseo.
¿Por qué quieres ser un esclavo de tus percepciones sensoriales? Elévate por encima de tus sentidos. Sé Yo en tu conocimiento.
Vivimos en dos universos …. El universo de la percepción sensorial y el universo del conocimiento. El universo de la percepción sensorial es el universo visible, de materia y movimiento eléctrico con el cual estamos familiarizados. El universo del conocimiento es invisible que no podemos percibir sensorialmente. El hombre comienza su existencia en la tierra solo con la percepción sensorial. Él no tiene ningún conocimiento en absoluto, vive completamente en el universo instintivo y eléctrico de las percepciones sensoriales.
Los nervios de su cuerpo lo hacen consciente de su existencia material. Percepción sensorial es lo que siente con su cuerpo. Se da cuenta eléctricamente de que tiene un cuerpo. La percepción eléctrica de su cuerpo no significa que él ya sepa algo por esta percepción corporal.
La percepción corporal y el conocimiento no tienen relación entre sí. La percepción corporal consiste en vibraciones ondulatorias de las dos luces de materia en movimiento. El conocimiento consiste en la Luz Única del Espíritu, que está en calma. La única luz del conocimiento en calma forma el centro de todo movimiento, como el punto crucial en calma forma el centro de la palanca en movimiento.
En un punto crucial no hay movimiento. Todo el movimiento se encuentra en la palanca móvil que comienza desde el eje. Asimismo, no hay fuerza en la palanca móvil que comienza desde el eje. La fuerza manifestada por la palanca está en el eje alrededor del cual la palanca se mueve.
Aquellos que manifiestan el conocimiento de Dios son palancas móviles que giran alrededor del eje de la única luz del conocimiento de Dios. Primero, manifiestan a Dios a través de los sentidos como movimiento. Entonces se convierten en Él a través del conocimiento consciente.
La civilización avanza en ciclos de desarrollo, así como todas las cosas en la naturaleza se desarrollan en periodos cíclicos apropiados. El ciclo de transición humana de un nivel al siguiente es de aproximadamente nueve años. Cada nueve años se transforma a través de la vida y la muerte durante el viaje humano. Los deseos de su infancia temprana o tardía, su adolescencia y edad adulta cambian a medida que adquiere conocimiento y experiencia porque ha pasado por estas etapas.
El ciclo de transformación de la humanidad en su conjunto dura aproximadamente 2500 años. La humanidad está en una transición permanente. La vida es un viaje; conduce desde la inconciencia completa, en la que solo se percibe el cuerpo, hasta la plena consciencia del espíritu en el cuerpo. Es un viaje desde la percepción completamente sensorial sin conocimiento hasta el conocimiento absoluto sin percepción sensorial. Es un viaje de millones de años de percepción sensorial puramente física del cuerpo en los humanos antes de que la consciencia espiritual comience a surgir en él.
Pero el nivel de nuestra civilización aún es muy bajo. Apenas hemos dado la vuelta a la esquina de la jungla hasta el punto de que no podemos clasificarnos más que bárbaros. Ciertamente, no podemos clasificarnos como hombres divinos mientras sigamos matando, robando y explotando a otros hombres y pueblos. La humanidad en su conjunto todavía está en la barbarie.
Nos engañamos a nosotros mismos y creemos que somos un pueblo altamente civilizado y cultivado y que poseemos un gran conocimiento. En cambio, nos encontramos en una fase de transición que se encuentra entre el animal de la selva y al ser humano inspirado que conoce a Dios en sí mismo.
El miedo de la jungla todavía impulsa al hombre. Teme a otros pueblos como las tribus primitivas de los bosques temen a otras tribus primitivas de los bosques. Los pueblos mantienen enormes ejércitos y flotas por temor a otros pueblos. Cerramos nuestras puertas y dejamos que la policía vigile nuestras calles porque tenemos miedo. El hombre de la jungla no sabía nada del bien y del mal. El hombre de la jungla mató para sobrevivir, porque esa era la ley de la naturaleza. El hombre ya ha empezado a reconocer el principio de la unidad y su necesidad, pero aún usa métodos selváticos en sus relaciones con los demás. Él todavía cree que tiene que matar para resolver sus disputas con otras personas. Aún no ha aprendido a “sostener la otra mejilla”.
En la etapa actual de lo que parece ser una alta civilización, las naciones importantes, mientras construyen sus imperios, aplican este principio de la jungla de matar con pleno conocimiento del bien u del mal. “los que viven por la espada van a morir por la espada, porque lo que el hombre siembra, lo tiene que cosechar”
Hace dos mil años Dios envió a mensajeros para dar a los hombres una nueva comprensión. La idea de la bondad y el mandamiento del amor fraternal se le regalo al mundo primitivo de aquellos días, pero el hombre aún se niega a aplicarlo.
Nuestra comprensión de las fuerzas de la naturaleza se ha desarrollado de manera tan fenomenal y desproporcionado frente a nuestro progreso espiritual que corremos el peligro de destruir por completo la humanidad. Utilizamos nuevos descubrimientos e inventos para multiplicar nuestra capacidad de matar por codicia y lucha por el poder. El deseo humano por progresar materialmente ha superado hasta ahora su deseo de progresar espiritualmente que el inmenso desequilibrio destruirá ambos deseos, a menos que el deseo de consciencia espiritual supere este desequilibrio entre las dos aspiraciones.
Durante esos eones en los que el hombre no sabía nada y vivía enteramente como un animal instintivamente guiado y eléctricamente perceptible no creaba absolutamente nada igual que los animales no crean. Las creaciones aparentes como la tela de araña o el nido de un pájaro son creados por el “Único Pensador” Que guía Sus creaciones a través del instinto de los animales.
En el momento en que el hombre se hizo consciente de Dios en sí mismo, comenzó a saber. Con el saber empezó a crear. Se convirtió en cocreador con Dios porque solo hay un creador. Ese fue el primer paso en la transición de la percepción sensorial humana al saber.
Había muy poco conocimiento en ese primer paso, el hombre se dio cuenta de que había algo supremo en él y comenzó a observar los efectos con sus sentidos, y luego pensar en ellos y sacar conclusiones sobre lo que la apariencia de sus sentidos le dijo acerca de los efectos observados.
A partir de estas observaciones el hombre empezó a desarrollar técnicas. Concluyó cómo podría hacer ciertas cosas combinando los efectos que había observado con otros efectos que sus sentidos habían observado. Así que sus técnicas físicas en la combinación de efectos, que sus sentidos habían observado, complementado con su pensamiento y razonamiento, lo han llevado a lo que hoy en día parece ser un estado progresado y que erróneamente cree que es un gran conocimiento.
Conocimiento ha jugado un papel de muy poca importancia que el mundo de hoy haya recibido los inventos y productos de nuestro universo eléctrico como la radio y el radar, y las herramientas electromecánicas de nuestro uso diario, así como las opciones de transporte mundial sobre los océanos de agua y aire. No puede haber conocimiento a través de los sentidos. Los sentidos del cuerpo no pueden saber. El conocimiento es espiritual. Es causa. El hombre no puede saber de una causa al observar los efectos de una causa con sus percepciones sensoriales. Solo puede informarse de estos efectos y archivar sus imágenes en su cerebro como una fotografía.
El cerebro humano es parte del cuerpo. Es una masa de ondas eléctricas integradas en movimiento violento, centrada por la luz inmóvil de la conciencia. Las olas de conciencia no pueden saber nada, solo pueden sentir. Solo nuestra conciencia sabe, y durante todos estos eones de sus días en la jungla el hombre no fue consciente de su conciencia. Y todavía tiene muy poco conocimiento, pero una montaña gigantesca de informaciones.
Sus sentidos le han dado al hombre una gran conciencia eléctrica de los efectos de movimiento, pero su conciencia naciente hasta ahora le ha dado muy poca conciencia espiritual.
La información recopilada por los sentidos físicos a través de la observación de la materia en movimiento se denomina “conocimiento empírico”. El conocimiento empírico adquirido a través de los sentidos está sujeto a las innumerables ilusiones del movimiento que engaña a los sentidos. Por esta razón, nuestro inmenso archivo de supuestos conocimientos empíricos es tan inestable como el movimiento que lo subyace.
El conocimiento es una calidad espiritual. No tiene relación con los sentidos. Los sentidos pueden observar y registrar, pero no pueden saber. Pueden percibir los efectos eléctricamente y pueden actuar razonando y pensando en el amanecer de la conciencia humana consciente.
La conciencia eléctrica es física. Es el proceso eléctrico en el que pensamos nuestro conocimiento en forma, pero pensar no es conciencia.
Pensar y razonar a partir de los efectos de movimiento observados que el cerebro ha registrado ha dado lugar a resultados maravillosos en productos materiales, pero antes de que no haya un conocimiento de la causa detrás de los resultados, los productos que el hombre llama sus creaciones son solo efectos observados sensorialmente que han sido compuesto en una forma. No son creaciones mentales, ya que estas nacen del conocimiento mental.
Cuando un compositor inspirado cósmicamente diseña una sinfonía, crea un producto que nace del conocimiento y lo piensa en forma. Su producto es cósmico porque llega del alma única. Pero cuando un compositor reúne muchas unidades de las creaciones de otros compositores sobre las cuales ha recibido información a través de sus sentidos, solo combina las informaciones en una nueva forma. Su producto es material porque proviene del cuerpo. Carece de profundidad de una inspiración cósmica. El genio que contiene no es suyo.
Otra gran ilusión es que el conocimiento está escrito en los libros y podríamos adquirir conocimiento de los libros. El conocimiento no puede ser escritos en libros ni enseñados por maestros. Incluso las enseñanzas de los más grandes místicos, filósofos y genios son solo información, percibida eléctricamente por quienes las leen o escuchan, hasta que la conciencia del espíritu las reconoce como conocimiento.
El maestro no puede dar ningún conocimiento, excepto inspirando a otros con su inspiración, para hacer esto el mismo debe estar iluminado. La inspiración es el lenguaje de la luz. Es el medio de comunicación entre Dios y el hombre. Las palabras escritas o escuchadas o los ritmos musicales no tienen significado para nadie antes de que la inspiración del conocimiento en ellos se transmite al lector o al oyente.
Anotación
El hombre es solo humano en la mente, en el cuerpo sigue siendo un animal. El hombre tiene un cuerpo, pero no es su cuerpo.